viernes, 21 de enero de 2011

Excusas, excusas, excusas...


Sí. Excusas. Pero de las buenas... Me explico. Estos días, cuando iba por ahí de acto promocional en acto promocional (*acto promocional: Poner carteles en lugares donde me conocen y ofrecer entradas a la gente que suele ir a mis actuaciones) me han dicho varias veces frases como estas:

-Ah, pues mira que bien llamo a mi amiga Carmen, que hace mucho que no la veo, y nos vamos juntas.

-Qué buena idea, le dejo a mi marido con los niños y me tomo una "tarde libre" para mí.

-Pues aprovecho y, después de la actuación nos vamos a cenar por ahí que hace un montón que no lo hacemos.

-Pues me apetece que hace mucho tiempo que no voy al teatro (en realidad que no voy "a nada").

Así que "Novecento" también es una excusa. Para salir de casa en la fría noche burgalesa y subirse a las cálidas butacas de nuestro barco: el Virginian. Para quedar con alguien que hace mucho que no ves. Para ponerle buena cara al mal tiempo y decir que no pensamos dejar de sonreír y de disfrutar. Para hacer una visita a Burgos a los que no sean de aquí. Incluso para invitar al teatro a alguien "especial"... (¿quien sabe? quizá del Virginian pueda nacer una historia de amor...)

Por nuestra parte, haremos todo lo posible (de hecho, ya lo estamos haciendo) para que ese ratito sea lo más agradable posible. Que puedan dejar las preocupaciones fuera y durante algo más de una hora sólo disfruten de una historia contada a viva voz, como siempre se ha hecho. Que cuando suban a nuestro barco con nosotros disfruten de esta historia "límpida e inexplicable como sólo lo era la música cuando salía del piano mágico de Danny Boodman T.D. Lemon Novecento"

Oh yes...

No hay comentarios:

Publicar un comentario