sábado, 29 de enero de 2011

Felicidad


Qué bonito.

Salir tres veces a saludar y que la gente se rompa las manos aplaudiendo es una recompensa valiosa, muy valiosa. La mejor de todas.

Poder despedir y agradecer a las más de trescientas personas que estuvieron en el teatro casi una por una, fue una experiencia maravillosa: "Gracias por viajar en el Virginian, esperamos que hayan disfrutado del trayecto"

Las sonrisas en la cara de la gente. Los abrazos, los besos, la ilusión realmente desbordada...

La verdad es que no salió todo como lo esperábamos.... fue mejor, bastante mejor. Muy cómodos sobre el escenario, llevando rigurosamente el ritmo que habíamos trazado. Notando a la gente al principio "metida" en la obra: aplaudiendo, riendo... y después "evolucionando" con la historia: momentos de tensión, momentos de emoción y la gente pendiente de todo lo que pasaba sobre la madera del escenario.

Lo he dicho más veces pero, imagino, que es algo que vas superando con el tiempo: posiblemente la de ayer sea la mejor actuación que hemos hecho nunca. Posiblemente la de ayer sea la mayor ovación que nos han regalado nunca.

GRACIAS. A todos los que subieron al Virginian, a los que no pudieron pero querían subir. A la tripulación (Iratxe, Álvaro, Guillermo, Mar, Miguel Ángel, Lara, Chuchi, Visi, Jesús, Laura, Vanesa... y Francis)

Y gracias también a los que subirán. Porque, visto lo de ayer, el Virginian debe seguir viajando... ¿no creen?

2 comentarios:

  1. Sí!!!!
    Yo creo que una escalita en Ávila debería hacer. Seguro que hasta el Adaja se hacía navegable.
    Enhorabuena!!!!

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